Dios, creador del universo entero, hizo todo perfecto y el ser humano es el centro, el “buque insignia”, de todo este maravilloso proyecto.

Lo creó a Su imagen y semejanza para que pudiera tener una relación con Él y vivir gobernando y disfrutando.
en la Tierra.

¿La única prohibición? Comer el fruto de la planta del centro del jardín, cuya consecuencia hubiera sido la muerte. El hombre fracasó.

Esa prohibición no fue una "trampa o lazo" sino una advertencia necesaria para una criatura que Dios amaba.
El amor fue el motor de la creación, porque Dios es Amor, y Su amor ya había preparado la solución.

Jesús " el Cordero de Dios" fue el intercambio que Dios Padre había preparado antes de la fundación del mundo,
para que pudiera reemplazarnos en la condenación, recibiéndonos, a través de Él, ¡Gracia!

Por lo tanto, nosotros, disfrazados de nuestro progenitor Adán, hemos actuado en contra de una prohibición al no confiar en Dios nuestro Creador, pero al poner ahora nuestra confianza en Jesús (es decir, creer que Él, el justo, murió en nuestro lugar, el injusto) ser perdonado gratuitamente.
Justifícate. Sálvate a ti mismo. Redimido.

Libérate, pues, de la Ley (de sus consecuencias)
Ahora podemos actuar amando y perdonando a la vez.
mientras esperamos el Regreso del Señor para estar con Él para siempre...

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